El Juvenil Nacional arrancó su pretemporada con un enfrentamiento que dejó muy buenas sensaciones
pese a lo anecdótico del resultado. Los dirigidos por Unai Gazpio se midieron al Athletic en un partido
que sirvió para probar sistemas y ajustar detalles, pero que no dejó indiferente a nadie en cuanto a
intensidad y emociones. La primera parte fue un reflejo de la ambición del equipo celeste. Desde el
primer minuto, el Antiguoko mostró intenciones claras, generando varias ocasiones que bien pudieron
abrir el marcador. Sin embargo, la falta de acierto y la eficacia del conjunto bilbaíno inclinó la balanza a
favor del Athletic. Y es que el equipo visitante, más certero en sus oportunidades, consiguió adelantarse
en el marcador, dejando el 0-1 al descanso.
El comienzo de la segunda mitad fue un jarro de agua fría para el Antiguoko. Apenas habían transcurrido
segundos cuando Joannes Echeverría, delantero ex celeste, amplió la ventaja para los rojiblancos con un
gol que parecía complicar el panorama para los locales, colocando el 0-2 en el luminoso. Lejos de
rendirse, el Antiguoko sacó a relucir su carácter combativo. Los de Gazpio no solo mantuvieron la
compostura, sino que redoblaron esfuerzos y comenzaron a picar piedra con mayor intensidad. El fruto
de este trabajo no tardó en llegar, y Vázquez fue el encargado de iniciar la remontada con un cabezazo
que puso el 1-2.
El impulso no se detuvo ahí. Legorburu se sumó a la fiesta con un gol que valió para el empate, tras robar
el esférico al cancerbero en una acción de máxima intensidad. A los pocos minutos, Vázquez remató de
nuevo de cabeza en el segundo palo para completar la remontada. Además, cuando faltaban quince
minutos, Marc puso la guinda al pastel con un tanto que selló el definitivo 4-2, desatando la alegría en el
campo y dejando claro que, pese a ser pretemporada, este equipo tiene mucho que ofrecer.
Aunque el resultado es lo de menos en estos primeros compases de preparación, el Juvenil Nacional
demostró que tiene madera para competir y superar adversidades. Unai Gazpio podrá sacar conclusiones
positivas de un equipo que dejó claro que, más allá del marcador, tiene carácter, calidad y hambre de
éxito para afrontar los desafíos de la temporada que se avecina.