El primer equipo masculino cerró la primera vuelta con una épica remontada en un partido lleno de emociones y giros inesperados. Tres puntos de oro para el conjunto celeste, que nunca dejó de creer pese a las adversidades.


El choque comenzó con un duro golpe para el Antiguoko, cuando en el primer minuto un error en zona de iniciación permitió a la UD Logroñés adelantarse en el marcador. Los locales aprovecharon el desconcierto inicial del equipo celeste, que no logró entrar del todo concentrado al partido. El segundo mazazo llegó en el minuto 20: una gran jugada del extremo derecho del Logroñés culminó en un centro preciso que el atacante del lado contrario solo tuvo que empujar para poner el 2-0.


Pese al marcador adverso, el equipo de Gazpio no bajó los brazos. Generó ocasiones y demostró que no merecía tanto castigo. La recompensa llegó en el minuto 40, tras una gran acción colectiva que inició Uranga, continuó Dorron y finalizó Olasa con un pase filtrado perfecto para Xabi Gomez, quien definió con clase para recortar distancias. El 2-1 devolvía las esperanzas al Antiguoko antes del descanso.


En la reanudación, el conjunto celeste asumió el control del partido, obligando al Logroñés a replegarse y buscar el tercer gol en transiciones rápidas. Sin embargo, la falta de acierto en el área rival y las intervenciones del portero local mantuvieron la ventaja mínima para los riojanos.

Todo cambió en el tiempo añadido, cuando el fútbol desató su magia. En el minuto 92, Uranga encontró a Txiro, quien sacó un cañonazo desde fuera del área que se coló en la portería para poner el 2-2. Pero esto solo era el comienzo de un final de película.


En el minuto 93, Alain salvó al Antiguoko con una intervención crucial tras una jugada peligrosa del Logroñés. En la contra, Otalora asistió a Xabi Gómez, que tuvo el gol de la victoria en sus botas, pero su disparo se estrelló en el larguero. Todo apuntaba a un empate, pero en el último suspiro, Txiro volvió a aparecer con un pase magistral para Xabi Gómez. Esta vez, el delantero no falló: regateó al portero y anotó el 2-3 definitivo.


El banquillo celeste estalló en una celebración épica, fruto del esfuerzo y el trabajo colectivo. Una remontada de las que quedan grabadas en el recuerdo, que deja al primer equipo masculino con tres puntos de oro y un impulso anímico enorme para encarar la segunda vuelta.