En un duelo que prometía emociones fuertes entre las dos primeras clasificadas de la liga, el primer equipo femenino, dirigido por Endika Morales, dejó claro que su espíritu competitivo no conoce límites. En la novena jornada de liga, ante el poderoso Goierri Gorri, nuestras jugadoras demostraron carácter, fe y calidad para sacar un valioso empate a domicilio.
Desde el primer minuto, el partido se jugó a un ritmo frenético. El Goierri Gorri impuso una exigencia física alta, forzando al conjunto celeste a competir al límite. A pesar de la intensidad rival, nuestras jugadoras respondieron con valentía, intentando jugar en largo para aprovechar los espacios. La primera ocasión clara llegó para Garbi, pero el balón no encontró la red.
En el minuto 14, una acción a balón parado marcó la diferencia inicial: un rechace lejano terminó en un golazo imparable para nuestra portera, Irene. Con el 1-0 en contra, el equipo no se descompuso. Continuó peleando, aunque la superioridad local comenzó a notarse en el control a través de disputas y las segundas jugadas. En el minuto 34, un córner cerrado encontró el segundo palo, y el Goierri Gorri amplió su ventaja a 2-0 antes del descanso.
Pese al marcador adverso, el mensaje en el vestuario fue claro: creer. No había necesidad de buscar un gol rápido, sino de jugar paso a paso, construyendo desde el esfuerzo colectivo. Y así fue. En la primera jugada de la segunda mitad, Ainhoa aprovechó un despeje para anotar el 2-1 y devolvernos al partido. Con el gol, el encuentro se convirtió en un toma y daca constante. Ambos equipos tuvieron ocasiones claras, y el Goierri Gorri pudo haber sentenciado en varias oportunidades. Sin embargo, el equipo antiguotarra resistió con energía y carácter.
En el minuto 80, un contragolpe magistral liderado por Lucía, Ainhoa y Udane culminó en un golazo de Ainhoa en el segundo palo tras un centro preciso de Lucía. El 2-2 encendió los últimos minutos del partido, donde las celestes estuvieron más cerca de la victoria con ocasiones claras, incluida una de Ainhoa que pudo haber sellado el triunfo.
Partidazo con mayúsculas. El equipo supo adaptarse a un rival de altísimo nivel y logró un empate de fe, esfuerzo y calidad. Las nuestras creyeron hasta el final, demostrando que, más allá del marcador, este equipo tiene carácter para grandes cosas. Chapó, chicas.